2 de mayo del 2016. Stamford Bridge aparece en las televisiones de todo el país, que está a punto de presenciar historia. Minuto 83. El balón llega a los pies de Eden Hazard. Y a cámara lenta, o así posiblemente lo vieron los aficionados del Leicester City, el esférico poco a poco se acerca más a la portería. Y, mientras el árbitro pita el final del encuentro, aquella ciudad de apenas 300.000 habitantes toca por primera vez la gloria.
En este artículo conoceréis el mayor cuento de hadas del fútbol moderno. El equipo que maravilló a todo aficionado neutral, que demostró que los sueños se cumplen. Que jamás se debe dejar de soñar, pues, en este hermoso deporte, los milagros existen. Bienvenidxs a la historia del Leicester City.
Para contar su momento de gloria hace falta remontarse al abismo. A aquellos años en los que la simple idea de ganar un título era inalcanzable para un club que estaba sumido en los peores años de su historia. Este relato comienza el 4 de mayo del 2008. El Leicester City empataba contra el Stoke City sin goles, por lo que se confirmaba la catástrofe. El conjunto de Ian Holloway―tercer entrenador de los Foxes aquella temporada―jugaría la temporada siguiente por primera vez en la historia del club en la League One, tercera categoría del fútbol inglés.
No se hizo esperar demasiado la subida a Championship de nuevo, pues tan sólo militaron una temporada en la tercera división. Parecía que el club volvía a su lugar de nuevo, a vagar por la segunda división inglesa con la esperanza de en algún momento tener un golpe de suerte y ser otra vez club de Premier League. Sin embargo, en agosto del 2010 todo cambió al aparecer King Power en las vidas de los foxes.
King Power, empresa dueña del Leicester City | King Power
La empresa tailandesa King Power, conocida por llevar el negocio de Duty Free en los aeropuertos decidió apostar por el pequeño club inglés. Poco a poco fueron construyendo su equipo, invirtiendo en jugadores jóvenes que por aquel momento no eran todavía conocidos. Creando unos cimientos fuertes para lo que nadie se esperaría como futuro del club.
Uno de estos jugadores que no tardó en dejarse ver por el King Power Stadium fue el danés Kasper Schmeichel (Copenhague, 1986). Hijo del también portero Peter Schmeichel, leyenda del Manchester United. Años después se convertiría en uno de los mejores porteros del mundo, atajando bajo los palos del Leicester City por más de una década y llegando a ser el capitán de este legendario club. Junto a él llegaron dos jugadores más que marcarían historia en el club inglés, Wes Morgan―proveniente del Nottingham Forest―, y Danny Drinkwater, del Manchester United.
Pero, sin lugar a dudas, el fichaje más importante de la historia del club se firmó para la temporada 2012/13. El Leicester City puso el ojo en un ariete de 25 años que militaba en la Conference Premier―actualmente conocida como National League, la quinta categoría del fútbol inglés―un fichaje que, de primeras, parecía para rellenar plantilla. Su nombre era Jamie Vardy, y había sido liberado de la cantera del Sheffield Wednesday, el club de sus amores, a los dieciséis años de edad. Tras compaginar su trabajo en una fábrica con fútbol de non-league, a cambio de un millón de euros―un récord para la non-league―, Vardy era el nuevo delantero del Leicester City. Pero ya hablaremos de él más adelante.
En esta primera temporada con Vardy en la punta de ataque, el Leicester City despuntó en Championship. Tras haber asegurado los Play-offs en el último partido de la temporada contra el Nottingham Forest―su rival histórico―, se medirían con el Watford en las semifinales. El encuentro llegaba a los minutos finales con un 2-1 en el marcador para los hornets. Minuto 90+7. Los foxes dispusieron de un penalti, que Manuel Almunia atajó, y en un contragolpe frenético, el Leicester City pasó de ser un club de Premier League a, otro año más, ser de Championship. Sin embargo, la sensación entre los aficionados era distinta. Algo había cambiado, el club era distinto.
Temporada 2013/14. Otra gran estrella de los foxes llegaba al club. Riyad Mahrez, que por aquel entonces militaba en el club de Ligue 2 Le Havre fue la apuesta del Leicester City para el extremo derecho a cambio de 500.000 euros. Esta política de fichajes era común para los foxes, pues el mercado de fichajes todavía no había explotado el potencial de las ligas inferiores. Poco a poco el humilde club inglés se iba haciendo con un equipo ganador.
Esta temporada sería histórica. 102 puntos en la Championship los devolvían a la máxima categoría del fútbol inglés por primera vez desde la temporada 2003/04. Para esta temporada, las incorporaciones más importantes serían las de Leonardo Ulloa, proveniente del Brighton and Hove Albion; Robert Huth, del Stoke City; o Danny Simpson; del QPR, entre otros. Sin embargo, la permanencia sería complicada. Con sólo cuatro victorias en la jornada 29, el club era colista y la salvación parecía imposible. Pero la leyenda del Leicester City comenzó a hacerse realidad. Los chicos de Nigel Pearson encadenaron 7 victorias, 1 empate y 1 derrota en los últimos 9 partidos. De una salvación imposible, a un meritorio puesto 14. Si bien esto parecía lo suficientemente milagroso, todo recién acaba de empezar.
La gesta de Nigel Pearson había sido histórica, mas el club tenía otro entrenador en mente para el nuevo curso. Con el objetivo de mejorar el resultado 14 de la pasada temporada y tener una temporada tranquila en la Premier League, los foxes contrataron al veterano Claudio Ranieri (Roma, 1951). Tras haber entrenado a varios clubes en Inglaterra, España e Italia, así como la selección griega; jamás había sido un entrenador fuera de serie. Su exitosa trayectoria en el Valencia lo llevó a entrenar varios clubes, como el Atlético de Madrid―el cuál descendió a Segunda División esa temporada―, la Juventus, la Roma o el Chelsea. El entrenador italiano despertó opiniones dispares entre la prensa, mas se encargaría de dejar su legado.
Junto al entrenador, varios jugadores como Christian Fuchs o Shinji Okazaki se unían a los foxes. Sin embargo, el mejor fichaje del club no sería otro que un desconocido pivote francés proveniente del S.M Caen, un club recién ascendido a la Ligue 1. N'Golo Kanté (París, 1991) era nuevo jugador del Leicester City a cambio de 5.6 millones de libras―aproximadamente 8 millones de euros―. Si bien por aquel entonces era un desconocido, se convertiría en uno de los mejores centrocampistas de la última década. El chico de la eterna sonrisa sería la pieza que necesitaba el club inglés para volverse un club histórico.
La temporada comenzó irregular. Si bien en las dos primeras jornadas los foxes vencieron al Sunderland 4 a 2 y al West Ham United 1 a 2, contra el Tottenham Hotspur y el Bournemouth no pudieron pasar del empate sin goles. Una victoria por 3 goles a dos contar el Aston Villa, así como un empate a 2 contra el Stoke City hacían que el Leicester City llegase invicto a su enfrentamiento contra el Arsenal. Si bien Jamie Vardy consiguió meter un doblete contra los gunners, un hat-trick de Alexis Sánchez acompañado de un gol de Walcott y otro de Giroud rompían la racha de imbatibilidad del Leicester y lo relegaban al sexto puesto en la tabla.
Sin embargo, el club no se rendiría. En las siguientes jornadas el equipo subiría poco a poco en la clasificación. Tras las victorias ante el Norwich City (1-2), Crystal Palace (1-0), West Bromwich Albion (2-3), Watford (2-1) y Newcastle United (0-3), así como los empates ante Southampton (2-2) o Manchester United (1-1), escalaron desde la sexta posición hasta la segunda posición en la jornada 14, incluso llegando a ser líderes en la jornada 13.
Aquel partido contra el Manchester United fue histórico. Más allá de la mística que conlleva una victoria contra el club más grande de la historia de Inglaterra, el ya mencionado Jamie Vardy se enfrentaba al partido con una presión extra. Había marcado en todos los partidos desde el 29 de agosto contra el Bournemouth, igualando el récord de partidos seguidos marcando gol del ex-jugador del equipo mancuniano Ruud van Nistelrooy. El mundo entero tenía los ojos puestos en el delantero nacido en Sheffield, y no decepcionó. Si bien su equipo no pudo vencer al Manchester United, Jamie Vardy había comenzado a escribir su propia leyenda. Su gol contra los diablos rojos le aportaba un título que todavía a día de hoy alberga en su poder. El premio Guiness al jugador que más jornadas consecutivas de la Premier League ha anotado un gol.
No había tiempo para celebrar. Su victoria contra el Swansea―hat-trick de Mahrez incluido―llevaba a los foxes a liderar la tabla. Pudieron mantener su liderato con las victorias ante el Chelsea y Everton, mas un tropiezo contra el Liverpool en el estadio más complicado de Inglaterra cortaba la racha ganadora del Leicester City. Parecía que el sueño se había terminado. Igual que un niño cuándo descubre que los Reyes Magos no existen, las esperanzas del Leicester se fueron disipando con sus empates sin goles contra el Manchester City y Bournemouth. Si bien la victoria ante el Tottenham arrojó un poco de luz, el Aston Villa volvió a hacer tropezar a los foxes. Mas con el tropiezo de sus competidores el Leicester City volvía a ser campeón.
Las posibilidades de título eran reales, o eso nos intentó comunicar el Leicester City con sus victorias seguidas ente Stoke City, Liverpool y Manchester City. Era la jornada 25, y el club seguía líder de la tabla. Ni su derrota ante el Arsenal en la jornada 26 los consiguió sacar del trono. Todos esperaban que tropezara, pero no volvió a perder un partido en toda la temporada. Victorias ante el Norwich, Watford, Newcastle, Crystal Palace, Southampton o Sunderland―con un empate ante el West Brom entre medias―acercaban al Leicester City cada vez más a su sueño.
Tras la victoria ante el Sunderland, el técnico italiano protagonizó una rueda de prensa histórica. We are in Champions League, dilly-ding, dilly-dong, c'mon!, le comentaba a un periodista que dudaba de las intenciones de los foxes para ser capaces de ganar el título. Por primera vez en su historia, el Leicester City era club de Champions. Tras decir entre risas que su club no debía ser infravalorado, Claudio Ranieri cambió su expresión. Serio, tras reconocerles a sus jugadores la temporada, pronunciaba unas palabras para la historia. And now, we go straight away. To try to win the title.
El West Ham United visitaba al Leicester City un 17 de abril del 2016. Los nervios a flor de piel. Vardy abría el marcador al minuto 18. Todo parecía encaminado para la gloria, mas la expulsión del propio delantero inglés y los dos goles del West Ham United en los minutos 84 y 86 lo complicaban todo. En el momento más importante, los foxes estaban dejando escapar la ventaja que le sacaban al Tottenham Hotspur. El árbitro señala un penalti a favor, y sin el tirador habitual, Leo Ulloa toma la responsabilidad y rescata un punto.
Sin Vardy en el siguiente partido, Ulloa toma la responsabilidad y anota un doblete ante el Swansea, acompañado por los goles de Mahrez y Albrighton, que certificaron la goleada. Cada jornada estaban más cerca del título, lo que parecía inalcanzable cada vez era más tangible. Quedaban tres jornadas de la Premier League. Tres partidos en los que podrían coronarse como los campeones por primera vez en su historia.
Teatro de los sueños. El legendario Bobby Charlton le daría ese apodo al estadio de Old Trafford, hogar del Manchester United. Y si había un club que tenía un sueño, no era otro que el Leicester City, que visitó a los red devils el 1 de mayo. La victoria les haría campeones. Sin embargo, un gol del joven delantero Anthony Martial hizo a los foxes dejar de soñar. No sería tan fácil volverse los campeones. No en un estadio tan difícil contra un club histórico. El Leicester dispuso de un córner. Y cómo si se tratase de un superhéroe, su capitán Wes Morgan se alzó entre todas las camisetas rojas y empujó el balón al fondo de la red. Si bien todavía no eran campeones, deberían confiar en un tropiezo del Tottenham.
Leicester are Champions. Leicester City are Champions of the Premier League. The greatest history ever told has its happy ending [(El) Leicester son campeones. El Leicester City es el campeón de la Premier League. La mejor historia jamás contada tuvo su final feliz], sollozó el comentarista tras el final del encuentro entre el Chelsea y el Tottenham Hotspur. Y, desde la casa de su máximo goleador y líder Jamie Vardy, los jugadores del Leicester City sabían que habían hecho historia.
Keep dreaming, keep dreaming. Los cuentos de hadas todavía existen en el fútbol moderno, y así nos lo hicieron saber los foxes. En ocho años habían pasado de bajar a la League One, a ser los Campeones de la Premier League 2015/16.
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