A la hora de hablar del equipo femenino del Arsenal, es necesario conocer su historia para saber analizar el presente. Y es que no estamos hablando de un club cualquiera. Durante décadas desde su fundación en 1987, fueron y siguen siendo el club inglés femenino más laureado de la historia. Cincuenta títulos nacionales—entre ellos 3 Women's Super League y 14 Women's FA Cups—, así como una UEFA Women's Champions League hacen que las gunners sean un club legendario.
Sin embargo, si miras el presente nada de lo que las hizo especiales en el pasado parece replicarse en el presente. Llevan sin ganar un título liguero desde la temporada 2018/19, y su último título, si bien fue en la pasada temporada; es una League Cup que no es en absoluto suficiente. Tras haber quedado fuera de competición europea la temporada pasada con una dolorosa derrota ante el Paris FC en rondas preliminares de la UEFA Women's Champions League, quedar terceras en la Women's Super League y sólo conseguir levantar la Continental Cup, en este artículo intentaremos aportar luz sobre lo que está ocurriendo con el equipo londinense.
El primer punto a tratar son las lesiones. Si bien todos los clubes sufren la epidemia de lesiones debida a la poca investigación existente sobre estas en el fútbol femenino, así como los calendarios con demasiados partidos; parece que en el caso del Arsenal es superior a la media. Desconocemos si es debido a una mala gestión médica del club, o es puramente el azar, mas las cinco roturas de ligamento cruzado en la temporada 2022/23, así como las jugadoras fuera de forma o lesiones que parecen interminables hacen que el Arsenal, si bien cuenta con jugadoras top mundial en su plantel, en muchas ocasiones terminan alineando las que no parecen las primeras opciones para el entrenador.
Jonas Eidevall, entrenador del Arsenal Women | Eurosport
El segundo punto, quizá el más importante, es la figura del entrenador. Jonas Eidevall, míster de las gunners desde la temporada 2021/22, es el gran señalado por parte de la audiencia. Llegar a las semifinales de la UEFA Women's Champions League en medio de una epidemia de lesiones parece avalar su trabajo, mas nada más lejos de la realidad. El éxito, o así fue visto en los partidos siguientes del club, parece ser meramente gracias al esfuerzo individual de las jugadoras en una temporada llena que parecía perdida. La competición liguera no hace más que reforzar lo anteriormente explicado. En una competición con doce equipos, el error se penaliza muy duro. El ritmo marcado por clubes como el Chelsea o el Manchester City la temporada pasada fue imposible de alcanzar por un Arsenal que parecía que no tenía más opciones.
Comparando al club gunner contra sus competidoras, parece que faltan piezas clave en el equipo. La defensa, si bien individualmente hay ciertas jugadoras que deberían cumplir, colectivamente no lo hacen. La insistencia del entrenador por no cambiar el sistema cuándo no está funcionando, o la poca creatividad arriba—que parece que puede ser arreglada con el fichaje de Mariona Caldentey—suponen que los partidos del Arsenal dependan muchas veces de si funcionan las mismas jugadas que se intentan partido tras partido. Y, por supuesto, por la falta de jugadoras determinantes.
Muchas veces da la sensación de que, si bien el equipo jugadora a jugadora no es para nada un mal conjunto, no existen jugadoras que hagan las diferencias. El club confiaba en la extrema inglesa Beth Mead tras su increíble Eurocopa, mas su lesión y su vuelta siendo no tan explosiva condicionaron mucho el juego de las gunners. Por otro lado, la que había sido la estrella del Arsenal durante años—llegando a rechazar ofertas del Barcelona por quedarse en el club—, la delantera neerlandesa Vivianne Miedema sufrió un bajón en su nivel tras volver de su lesión. Y su caso es otro de los motivos que llevan a escribir este artículo.
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