Quizá cuando los aficionados culés vimos nuestro flamante fichaje la temporada pasada no consideramos que fuese la mejor de las operaciones. Treinte y cinco millones de euros más otros treinta en variables por un adolescente brasileño que apenas había debutado en la Serie A carioca un año anterior, si bien tenía buenos números goleadores, era una operación que parecía arriesgada y errática.
Tigrinho fue vendido por el club como el próximo fichaje estrella. Tras la venta de Aubameyang y la marcha sin pena ni gloria de Memphis, Lewandowski terminó siendo el último delantero centro puro en la plantilla del Barcelona. Si bien no dudamos de la calidad del polaco, por algunos momentos debido a su avanzada edad parecía necesitar a otro jugador en el banquillo que estuviese dispuesto a sacar algo de peso de sus espaldas. Roque parecía el indicado, mas estaba todo apalabrado para que el verano del 2024 fuese el elegido para su llegada al Barcelona. Se pasaría un año más en el Athletico Paranaense curtiéndose del fútbol brasileño y llegaría al club culé con un año más de experiencia.
Sin embargo Deco tuvo otras ideas para el joven brasileño. Su llegada en invierno en medio de una temporada complicada para el Barça y dejando atrás su casa con menos de diecinueve años parecía vaticinar el peor de los finales. Aún así, la hinchada culé confió en Tigrinho y esperó con ansia su debut. Lewandowski por fin tenía a ese jugador que estaría encaminado a convertirse en el nuevo delantero de los blaugranas por más de una década, y Roque podría aprender de uno de los mejores delanteros de la historia. A las órdenes de Xavi, el joven brasileño debutó ante la Unión Deportiva las Palmas.
Fuera de posición―jugando de extremo junto a Lewandowski y no cómo revulsivo del mismo―Roque rozó el gol. Mas en los siguientes partidos su rendimiento fue pobre. Se notaba que no estaba cómodo en su posición, que el frenético ritmo del fútbol español no era a lo que estaba acostumbrado. Todo esto combinado con su corta edad fue el hazmerreír de ciertos medios, que, por mucho que el joven brasileño anotase su primer gol con la elástica blaugrana el 31 de enero, lo tacharon de desastre.
Xavi marchó y Flick fue el sustituto. En un mercado decepcionante por parte de Deco, comenzaron a salir noticias sobre la marcha de Roque. Comenzaron a salir las convocatorias en las que, por mucho que estuviese, parecía que otros jóvenes de la cantera blaugrana contarían con más confianza por parte del míster. Lamine Yamal subió al primer equipo, y su dorsal 19 fue atribuido al joven español. Lo mismo ocurrió con Marc Casadó, cuyo dorsal 17 lucido en el primer partido de temporada―el que habían elegido como nuevo dorsal de Roque―parecía dar un mensaje a tigrinho.
Vitor Roque no cuenta con la confianza de Hansi Flick | Estadio Deportivo
No cuentan con él. Ya se barajan salidas a otros clubes, cesiones, o incluso una venta. Tras haber gastado 35 millones de euros en su traspaso el pasado verano, en un club que no debe gastar demasiado por su delicada situación económica, la venta de Vitor Roque este verano, o siquiera su fichaje el pasado verano es una absoluta negligencia técnica. Si el club necesitaba un delantero de urgencia, podrían haber intentado otra fórmula. Y lo más importante, podrían haber tenido más humanidad con un jugador que no tiene culpa de nada.
Todos sabemos lo complicados que son los inicios en la élite. Ya son lo suficientemente complicados para los jóvenes españoles que buscan su sitio en el fútbol profesional de su país, pues para un joven brasileño con apenas experiencia y dieciocho años no hace falta tener demasiada imaginación para saber la cantidad de carga emocional que supone. De aquellas primeras entrevistas en las que Roque sonreía por estar cumpliendo su sueño, a su mirada absolutamente perdida que vemos en las últimas fotos del jugador carioca. Si bien no estamos dentro del cerebro de Vitor Roque para saber lo que piensa, es inhumano pensar que el club de tus amores puede haber provocado todo ese infierno.
De parte de todos los culés―o al menos a lxs que todavía nos queda un poco de corazón más allá del fútbol―, Vitor Roque, te mereces algo mejor. Te mereces un club que te valore tu talento y respete tus tiempos, y que no juegue con tus ilusiones de esta manera.
Y Laporta, Deco, resto del staff del Fútbol Club Barcelona, estoy absolutamente decepcionada con cómo habéis tratado este tema. Somos un club con valores, que siempre nos hemos caracterizado por defender las causas justas. No todo vale.
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